Las grandes exigencias de los mercados y la presión sobre los costes piden cadenas de suministro cada vez más eficientes y a la vez más complejas. Los cargadores buscan que su logística sea más competitiva de cara al transporte de mercancías, y para conseguirlo requieren más control sobre las cadenas logísticas y más integración entre agentes.
Esto ha supuesto una revolución en el sector logístico, que se caracteriza por los siguientes factores:
Mayor peso de los costes logísticos en el precio final de los productos y presión creciente para reducirlos.
Importancia creciente de cargadores, operadores logísticos e integradores.
Concentración de navieras y estrategias de integración de negocios. Esta concentración de flujos provoca movimientos de navieras entre terminales o entre puertos.es.
Volatilidad de los mercados marítimos, en el precio del combustible, en los fletes, en las rotaciones y en las escalas.
Concentración de terminales en manos de grandes operadores.
Aumento de las dimensiones de los barcos.
Competencia creciente entre puertos. La sobreoferta portuaria ha generado un aumento de la competencia, que se agravará por el poder creciente de las navieras y los operadores logísticos globales, y se manifestará en una presión mucho más fuerte sobre los precios de las operaciones de transporte de mercancías.
En el entorno europeo, a estos factores, se añaden otros motores de cambio regionales de gran trascendencia como:
Cambios en los esquemas de distribución en Europa, que tienden a descentralizarse para reducir el impacto del transporte de mercancías. El aumento de los costes y la optimización de las cadenas logísticas comportan una reducción de la concentración de centros de distribución en el norte de Europa.
Reequilibro de tráficos desde y con Asia entre la fachada portuaria del norte y del sur de Europa, para mejorar la eficiencia del transporte, reducir el impacto ambiental de las cadenas logísticas y evitar las infraestructuras de transporte más congestionadas.
Mayores exigencias medioambientales. Los consumidores, las instituciones y las empresas exigen una reducción de los costes medioambientales de las cadenas logísticas y en especial del transporte de mercancías, lo que conlleva el impulso de las logísticas sostenibles, el aumento de la intermodalidad y el uso de las energías más sostenibles.
En este contexto, el rol del sur de Europa como plataforma de distribución Europea y Mediterránea ha ido creciendo año tras año.