El año pasado se cumplieron 20 años del inicio de las negociaciones del tratado entre la Unión Europea y el Mercosur, formado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, que tiene como objetivo facilitar el intercambio y transporte de mercancías entre ambos grupos de países. Ahora, dos décadas después, el tratado está en proceso de revisión y se prevé que a finales de este año se ratifique, bajo el mandato de Alemania en la Unión Europea.
El impacto del tratado sobre el transporte de mercancías
El tratado en cuestión, tiene un impacto sobre 780 millones de consumidores y se reivindica como bastión del libre comercio en una época marcada por las políticas proteccionistas de Estados Unidos y China.
Uno de los principales puntos del tratado es que eliminará la mayor parte de los aranceles a las exportaciones europeas al mercado sudamericano. Más concretamente, el acuerdo permitirá a las empresas europeas suprimir de golpe y ahorrarse unos 4.000 millones de euros en aranceles, que tendrán un impacto directo, especialmente, sobre la industria automovilística, de maquinaria, química o farmacéutica. Asimismo, también se derribarán barreras en sectores como el textil, calzado, vinos o licores.
Otro sector que se beneficiará es el agroalimentario. Es interesante destacar que, prácticamente la mitad del comercio desde el Mercosur a Europa corresponde a agricultura y ganadería y con el tratado la UE se beneficiará de la reducción drástica de aranceles sobre productos que exporta del Mercosur, como chocolate, vino o bebidas refrescantes y alcohólicas.
Por su parte, el acuerdo proporcionará el acceso sin aranceles a los productos lácteos de la UE. Y es que, según datos de 2017, las inversiones del Mercosur a la UE ascendieron a los 52.000.000 millones de euros.
Otro de los puntos a tener en cuenta de la ratificación del tratado es que también supondrá una relajación de la burocracia y los procedimientos aduaneros sujetos a cualquier operación comercial de import o export. De esta manera, se limitarán las tasas de exportación por parte de los países del Mercosur y, tal y como detalla la UE, se simplificarán los controles fronterizos.
Posicionamientos sobre el tratado
Ambas partes implicadas, UE y el Mercosur han explicado que se comprometen a cumplir e implementar de forma efectiva el Acuerdo de París sobre el cambio climático con el objetivo de proteger los bosques, respetar los derechos humanos y los derechos de las poblaciones indígenas.
Asimismo, y tal y como han detallado fuentes de la UE, las normas de seguridad alimentaria seguirán siendo las mismas y deberá cumplirse estrictamente la normativa, tal y como sucede actualmente.
De todos modos, el tratado también ha suscitado algunas críticas entre los gobernantes de diferentes países europeos, instituciones y otros actores implicados. Por ejemplo, argumentan que el tratado supondrá la deforestación de muchos bosques en Brasil y que no se protegerán los derechos de las poblaciones indígenas o que tendrá un impacto negativo sobre la ganadería y agricultura familiar y de pequeña escala para ambas partes.
Lo que está claro es que este acuerdo traspasa la vertiente económica y comercial, y se erige como un acuerdo también político entre la UE y los países que forman el Mercosur, estableciendo un marco de diálogo y cooperación entre ambas regiones.