
El Corredor Mediterráneo es una doble vía ferroviaria que pretende unir el arco mediterráneo – desde Algeciras, pasando por Málaga, Valencia, Tarragona, Barcelona entre otras ciudades- con el sur de Francia. Esta infraestructura forma parte de un proyecto europeo que persigue conectar el norte de África con el centro del continente europeo a lo largo de 3.500 kilómetros y evidentemente mejorar los servicios relacionados con el transporte de mercancías.
¿Cuáles son los objetivos del Corredor Mediterráneo para el transporte de mercancías?
A nivel general, el Corredor Mediterráneo pretende mejorar la competitividad de la economía española, así como las conexiones de los puertos y aeropuertos del país y sus zonas logísticas e industriales con sus respectivas áreas de influencia en la Unión Europea.
Si ponemos el foco en los objetivos para el transporte de mercancías, el Corredor Mediterráneo ambiciona potenciar el uso del ferrocarril, así como la competitividad de éste. De la misma manera, quiere conseguir que el transporte de mercancías sea más limpio y eficiente, apostando por el transporte intermodal.
Ventajas del Corredor Mediterráneo para transportar mercancías
El Corredor Mediterráneo permitirá que gran parte de las mercancías que llegan a Europa por vía terrestre lo hagan ahora en ferrocarril, optimizando los costes y el tiempo. Según la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), exportar frutas y hortalizas por el Corredor Mediterráneo ahorraría 3 céntimos por cada 1.000 kilómetros.
De la misma manera, la puesta en marcha de esta infraestructura aumentará el tráfico de mercancías que pasarán por España, gracias a la mejora de la conectividad con el centro y el norte de Europa.
Otra de las ventajas es el impacto medioambiental. Según la AVE el Corredor Mediterráneo supondrá una reducción de 900.000 toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale a la contaminación que generan 130.000 coches dando la vuelta al mundo.
Sin embargo, aunque las ventajas de esta gran infraestructura son más que notorias, la realidad es que España aún no puede sacar provecho del Corredor Mediterráneo. La falta de inversión y la demora en las obras hacen que esta infraestructura sea, de momento, un proyecto en ‘construcción’.
Una infraestructura no exenta de críticas
Diferencias con el ancho de vía –distancia entre las dos caras internas de los carriles que forman una vía. La red ferroviaria española cuenta con un ancho de vía diferente (ancho ibérico) al resto de Europa (ancho internacional). Esto provoca que las mercancías que se dirigen hacia otros países europeos se transporten por carretera para evitar la pérdida de tiempo e inconvenientes que supone cambiarlas de tren cuando se cruza la frontera con Francia.
Tramos de vía única: En algunos tramos sólo puede circular un convoy en un solo sentido. Esto supone más tiempo para transportar mercancías.
La longitud de los ferrocarriles españoles es notablemente inferior (500 metros) a la exigida por la Comisión Europea, situada en los 750 metros.
Con todo, no cabe duda que el Corredor Mediterráneo supone una gran oportunidad no solo para España y para el transporte de mercancías, sino también para el comercio internacional y las relaciones bilaterales entre los diferentes estados de la Unión Europea. Sin embargo, su futuro es ahora una gran incógnita.