
El pasado 24 de junio, la Unión Europea amanecía con la noticia de la salida del Reino Unido de la UE. Los ingleses habían decidido horas antes en referéndum la salida de la Unión Europea por un ajustado 51,9%, frente a un 48,1% de defensores del remain.
La noticia sorprendió e hizo palidecer a la mayoría de economías y parqués europeos, que vieron como uno de sus socios más potentes decidía abandonar el barco. En los días posteriores, se especuló muchísimo sobre qué sucedería con el Reino Unido, cuál sería su relación con la UE o cómo afectaría esta decisión a las importaciones y exportaciones.
Desde entonces, el gobierno de Theresa May cuenta con un plazo de hasta dos años para negociar con la UE la salida de la Europa de los 28. Este hecho conllevará cambios sustanciales en sus relaciones comerciales con España:
Impacto sobre el transporte de mercancías:
Derogación de la libre circulación de personas y mercancías. Dicho de otra manera, las operaciones de transporte por carretera a Inglaterra dejarían de ser ilimitados, y en consecuencia el transporte de mercancías entre ambos países disminuiría.
Y es que actualmente, el Reino Unido es el cuarto destino de las exportaciones españolas, por lo que una reducción de éstas supondría un claro revés para los productos agroalimentarios, de automoción y farmacéuticos.
Derogación de la Unión Aduanera, motivo por el cual se deberían establecer nuevos criterios aduaneros con este país, así como criterios arancelarios. Este hecho encarecería el coste del transporte y repercutiría claramente tanto en el precio de las importaciones como en el de las exportaciones con el Reino Unido.
Cambios en el transporte marítimo que se vería amenazado por el Brexit. Los puertos de Santander y Bilbao, las dos principales infraestructuras con conexión a las islas británicas vía mar, temen por su futuro a medio plazo, después de conocer la decisión de los ingleses.
De entrada, la situación no es nada favorable ni para ni para la economía europea, ni para ninguno de los países de la UE, y el estatus comercial que tendrá Reino Unido sigue siendo actualmente una incógnita. Como hemos comentado anteriormente, dispone de dos años para negociar con la UE su salida, aunque ya se habla de tres posibles escenarios:
El futuro del Reino Unido:
La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (FENADISMER) ha realizado un primer análisis y ha determinado tres situaciones en relación con la salida de Reino Unido de la UE:
La Integración de Reino Unido en el Espacio Económico Europeo (EEE) pero fuera del espacio político: este escenario supondría el libre comercio del Reino Unido con la Europa comunitaria.
Relaciones con la UE a base de convenios bilaterales.
Integración en la Organización Mundial del Comercio (OMC) además de acuerdos bilaterales.
Como detalla la misma FENADISMER, en el primero de los casos Reino Unido tendría la misma relación con la UE que Noruega o Islandia por ejemplo, que actualmente se benefician de las ventajas del libre comercio. En el segundo de los escenarios, los convenios bilaterales preferentes se podrían equiparar casi a la pertenencia en el EEE. Finalmente, y en el último de los casos, la relación con la UE se regiría por las normas de la OMC, como en el caso de los EUA.
Con todo y aunque la situación actual es tranquila, se aproximan meses de negociación que deberán determinar el futuro de la economía europea y del comercio internacional.