Desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó al poder el pasado mes de enero, los cambios en relación con la estrategia de Donald Trump han sido notorios, revirtiendo algunas de las políticas de la administración anterior. El mandatario demócrata ha comenzado su presidencia marcando distancias con el anterior presidente, con una serie de medidas y decretos que van desde el cambio climático hasta la inmigración y la apertura hacia el resto del mundo mediante diferentes acciones de comercio internacional.
Su principal objetivo es impulsar la economía, tratando de mostrar signos de recuperación lo antes posible. Recuperar y mejorar las relaciones diplomáticas y comerciales con China y Europa es clave para ello.
Vuelta al Tratado de París
Estados Unidos regresa al Tratado de París, volviendo a poner entre sus prioridades la lucha contra el cambio climático y la defensa de las energías renovables.
La industria automovilística americana recibirá un fuerte respaldo, centrándose en el desarrollo de vehículos ecológicos, criterio que se replicará para el transporte público. Este sector espera un fuerte crecimiento e incremento de sus exportaciones.
Relación con la UE
La intención del nuevo presidente es olvidar las guerras comerciales y los aranceles. Uno de los puntos destacados que Biden está impulsando es el fortalecimiento del comercio internacional con la Unión Europea.
Este quiere reducir los aranceles, e incluso suprimirlos, en especial los que recaen sobre las importaciones de aluminio y acero. Además, es muy probable, que también desaparezca la amenaza de aplicar impuestos a la entrada de vehículos fabricados fuera del país.
Mejora del comercio internacional con China
Una de las intenciones más destacadas de Joe Biden es la de mejorar la deteriorada relación comercial con China. Es fundamental este acercamiento para recuperar el acuerdo comercial firmado entre ambos países y dar salida de nuevo a las exportaciones agrícolas y de materias primas.
La recuperación de las ventas con el gigante asiático revertirá la situación logística actual y equilibrará los precios de los fletes. Si se vuelve a reactivar el comercio internacional entre ambos países, se modificarían algunos de los flujos comerciales, así como las frecuencias de las rutas marítimas, con lo que Estados Unidos lograría recuperar la actividad perdida durante los últimos meses.
Transporte marítimo y comercio internacional
En el ámbito marítimo, las navieras recibirán un impulso para el desarrollo de sus programas de implantación de combustibles alternativos y verdes. Es importante destacar que algunas navieras ya están implantando como combustible de sus buques el hidrógeno.